1. Introducción

Además de tratar sobre el mismo tema, el texto debe adaptar su forma de expresión a las diferentes situaciones en las que se utiliza para comunicar algo a los demás. Todos sabemos que no nos expresamos de la misma forma si contamos a un amigo la última película que hemos visto o si contestamos a la pregunta de un examen, por ejemplo. Esta característica se conoce como adecuación. 

Pero aparte de ser coherente y adecuado a la situación comunicativa, hay otra característica fundamental para que un conjunto de enunciados sea un texto. Las ideas deben estar bien organizadas a través de elementos lingüísticos, que le aportarán unidad. Es lo que conocemos como cohesión.

En este tema aprenderemos a reconocer y emplear de forma correcta esos elementos gramaticales que sirven para unir o trabar las distintas partes del texto.