Al encontrarte o realizar un texto, ten en cuenta que se elabora y transmite en un lugar determinado y tiempo específico que conocemos como situación comunicativa. Así, todo texto responde a una serie de cuestiones externas al mensaje (la intención perseguida por el emisor, la relación que mantenga con el receptor, el espacio o ámbito en que se emita el mensaje, etc.) que influyen en el proceso de comunicación. Así no es lo mismo hablar con una persona desconocida o con un amigo, o conversar en una cafetería y prestar declaración en un juicio. ¿O tú hablarías igual en cualquier sitio?
La adecuación consiste en la adaptación de los rasgos lingüísticos de un texto a la situación comunicativa en que se encuentra.
No olvides que un periodista no va a emplear el mismo discurso cuando transmite una noticia a través de un artículo de prensa que cuando lo comenta con un amigo suyo. En el primer caso, entre otras particularidades, escogerá un registro formal y enfocará el tema desde un punto de vista objetivo. En el segundo caso, el emisor sustituirá su faceta profesional por la personal; por ello, el registro será coloquial, y el enfoque, subjetivo. De este modo, los textos que elabore tendrán la propiedad de la adecuación.
Por último te recordamos algunas normas para que un texto sea adecuado: