Cada palabra de un texto adquiere su sentido y su significado al relacionarse con las demás. De hecho, todas forman parte de un conjunto lingüístico que denominamos contexto, y que sólo dentro de él, podemos interpretarlas correctamente.
Fíjate en el siguiente ejemplo, la palabra calor se entiende de forma distinta en los siguientes mensajes:
En el primer caso, la palabra calor adquiere un sentido metafórico, ya que se utiliza con el valor de cariño; en cambio, en el segundo, debemos entenderla literalmente; así, la correcta interpretación de estos mensajes es posible gracias a dos factores: la coherencia, que se produce al tener el texto un sentido global, y la cohesión, que se produce al ir el texto enlazado mediante ciertos procedimientos gramaticales. Y en los siguientes apartados los descubrirás.